En esta vivienda, la luz natural juega un papel protagonista gracias a las amplias cortinas translúcidas que suavizan el ambiente sin restar luminosidad. Los tonos neutros del sofá, contrastados por cojines en colores vivos, aportan vitalidad y equilibrio cromático al conjunto. La mesa central, con acabados en negro mate, complementa la decoración al añadir un toque minimalista que no resta protagonismo al resto de los elementos.
La continuidad visual entre la sala, el comedor y la cocina crea un entorno cohesionado y funcional. La isla de la cocina, con un diseño moderno, se integra perfectamente con las sillas de estilo nórdico en tonos cálidos, promoviendo un espacio ideal para reuniones y momentos cotidianos. Los detalles decorativos, como las lámparas colgantes y el florero con ramas de cerezo, le dan el toque de personalización del espacio.